Palabra para meditar: “A ti clamo, oh Dios, porque tú me respondes; inclina a mí tu oído, y escucha mi oración… Cuídame como a la niña de tu ojos; escóndeme, bajo la sombra de tus alas”. (Salmos 17.6)
Reflexión: El clamor a Dios en el tiempo devocional nos ubica como un niño necesitado de volver a asegurarse de que su Papá siempre está en control.