Palabra para meditar: “Vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono… Por encima de él había serafines… y se decían uno al otro: Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria.” Isaías 6.1-3
Reflexión: Aquí Isaías tuvo frente a sí la tremenda visión de la gloria del Señor. Pudo ver por anticipado, la adoración del mundo celestial. ¿Fue para su regocijo personal? NO! La visión anticipaba la tarea profética que se le había de encomendar. ¿Qué tendrá el Señor para mí?