Palabra para meditar: “Cuando llegaron al lugar, les dijo: Oren para que no caigan en tentación.’ Entonces se separó de ellos… se arrodilló y empezó a orar: Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo, pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya.” Lucas 22.40-42
Reflexión: Primero pensó en ellos, sus discípulos compañeros, para animarlos a la lucha propia. Y recién después, de rodillas, de encontró con el Padre. Allí vemos a Jesús en su completa humanidad, su clamor y angustia frente a la prueba más terrible. El Señor, el Rey de Reyes se nos mostró con toda su debilidad y nos señala el camino para buscar dirección y fuerzas con Papá.