Palabra para meditar: “…Cuando levanten los ojos y vean todo el ejercito del cielo –es decir, el sol, la luna y las estrellas-, pueden sentirse tentados a postrarse ante ellos y adorarlos. Esos astros los ha designado el Señor y Dios de ustedes…Pero a ustedes el Señor los tomó y los sacó de Egipto,…para que fueran el pueblo de su propiedad, como lo son ahora.” Deuteronomio 4.19-20
Reflexión: Desde el principio, la naturaleza fascinó al hombre con su majestad y misterio. Pero Dios enseñó y ordenó sólo adoración a ÉL. Con ello no dejaba que desvariara ni perdiera su identidad. Hoy que se extienden todo tipo de idolatrías que alejan de las raíces del Dios creador, mostremos el camino de regreso.