Palabra para meditar: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra –les dijo Jesús… Yo les digo: ¡Abran los ojos y miren los campos sembrados! Ya la cosecha está madura; ya el segador recibe su salario y recoge el fruto para vida eterna. Ahora tanto el sembrador como el segador se alegran juntos.” Juan 4.34-36
Reflexión: Este es un mandato de Jesús para sus discípulos. Como sus segadores, debemos preguntarle al Espíritu Santo dónde están los frutos maduros que debemos ir a recoger.