Palabra para meditar: “Pero yo soy como un olivo verde que florece en la casa de Dios; yo confío en el gran amor de Dios eternamente y para siempre.” Salmos 52.8
Reflexión: ¿Quién puede hacer estas afirmaciones hoy día? El símbolo del olivo verde no es para quienes confían sólo en sí mismos, en sus fuerzas o en su inteligencia. Es para quienes permanecen y pertenecen al Reino del Dios del amor eterno.