Palabra para meditar: “Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza, los anime y les fortalezca el corazón, para que tanto en palabra como en obra hagan todo lo que sea bueno.” 2° Tesalonicenses 2.16-17
Reflexión: ¿Qué puede animarnos y fortalecernos más que recordar el amor, la gracia, el consuelo y la esperanza de Dios, que es Salvador y Padre?