Sábado 13 de Julio

Iglesia del Centro


Palabra para meditar: “Una semana más tarde estaban los discípulos de nuevo en la casa, y Tomás estaba con ellos. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. –¡La paz sea con ustedes! Luego le dijo a Tomás: --Pon tu dedo aquí y mira mis manos. Acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo sino hombre de fe. –¡Señor mío y Dios mío! –exclamó Tomás.” Juan 20.26-28

Reflexión: Frente a Jesús, a su muerte redentora y su sacrificio por nuestra salvación, deberá caer toda duda. Y si las dudas existen, plantarse como Tomás ante Él, porque solo así vendrá el quebrantamiento que hará brotar: “¡Señor mío y Dios mío!”