Palabra para meditar: “Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de mi mano.” Juan 10:27-28
Reflexión: Enseñando con la analogía de las ovejas y su pastor, Jesús confirmó su propósito de ser Señor y protector de cada hijo y discípulo.