No sos vos, soy yo

Escrito el 16/09/2022
por Nari Terrazas


“Nunca seguirán a un desconocido; al contrario, huirán de él porque no conocen su voz…Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco, y ellas me siguen.” Juan 10:5,27

Desarrollo: Cuando hablamos de escuchar al Espíritu Santo creo que una de las preguntas más recurrentes es “¿cómo sé si es mi mente o si es Dios hablando?” Esta es una pregunta que yo también me hice muchas veces y todavía me sigo haciendo en ocasiones. 

Si nos ponemos a pensar en una amiga muy cercana o en tu pareja estoy segura de que no importa dónde, con quién o qué estés haciendo vas a poder reconocer su voz al instante y sin dudar. El reconocer la voz es señal de conocimiento profundo de una persona pero no es algo adquirido en un instante sino que requiere de un tiempo para construir la relación y hacerla fuerte. Creo que lo mismo sucede con la voz del Espíritu. Al principio puede ser confuso, no sabemos si somos nosotras mismas o si realmente es Él hablando, luego se convierte en una voz más distinguida hasta que se vuelve casi como escuchar a un amigo en voz audible. 

También es un proceso entender cómo el Espíritu, alguien creativo, decide hablar con cada una de nosotras. Hay personas que suelen ver imágenes mentales o visiones abiertas, a otros les caen ideas y conceptos concretos en la mente, otros tienen sueños por las noches y otros sienten con el cuerpo físico. Puede que te pasen más de una de estas cosas o que pienses que no te sucede ninguna, pero acordate que el Espíritu siempre habla y para la que busca es fácil encontrar. 

Por otro lado, creo que una de las cosas que apaga o silencia la voz del Espíritu es el miedo. Siempre debe lucir como un riesgo seguir a Jesús pero hacerlo es el lugar más seguro en el que podemos estar. El Espíritu nos empuja a vivir una vida que rompe con las leyes naturales y que va en contra de la corriente. Puede que hayas sentido que el Espíritu te guía a evangelizar a un compañero del trabajo, darle una palabra o versículo específico a alguien, orar por sanidad en la calle o muchas otras cosas más que nos sacan de nuestra zona de confort. En una situación de riesgo con Jesús nunca hay mucho que perder, por lo contrario, hay mucho que ganar. Cada riesgo que tomamos es desde un lugar de seguridad, hay seguridad porque Él es un buen pastor y Él es quien nos guía. Cuando en momentos como este nos surge la inseguridad si es Dios hablando o no, debemos pensar que como dice el versículo, no seguimos la voz de un desconocido, sino la de nuestro pastor. Por eso confíen que somos sus ovejas y las ovejas conocen la voz de su pastor. Tu pastor hoy te dice no sos vos, soy Yo. 

Activación: Te desafío a que le pidas al Espíritu que hoy te impulse a salir de tu zona de confort y que te lleve a hacer algo que rompa con lo que normalmente harías. Preguntale si quiere que le hables de Jesús a algún vecino, que le escribas a esa amiga que no ves hace mucho, que ores por una mesera, etc. Confiá que es su voz la que te guía y te respalda. 

Oración: Espíritu Santo te pido que llenes mi corazón con la convicción que puedo escuchar tu voz y que donde vos me guiás también me acompañás. Te pido que el día de hoy me lleves a dar un paso más, que tu voz me dé las palabras exactas, en el tiempo exacto y con la persona exacta. Oro por más sensibilidad a lo que vos estás queriendo hacer en mi interior.