Seguramente no todas compartimos realidades similares. Podes estar en la secundaria, o ser una abuela que cuida a sus nietos; poder estar casada y tener hijos, o estar soltera; podes ser de aquellas que disfrutan de tus tiempos libres, o estar colapsada de tantas responsabilidades…sí, no somos todas iguales. 

 

Entonces, ¿Qué nos une?  Nos une el deseo de subirnos a un movimiento que, percibimos, viene del Espíritu Santo. Una ola de sanidad, libertad y restauración para las mujeres a la que nos queremos subir, un fluir del que queremos ser parte. 

 

Guerreras es un movimiento, ¡está vivo! Y lo edificamos juntas. Por eso, ¡A MOVERSE!  Desafiémonos a sanar y crecer, a escuchar y hablar, a aprender y poner en práctica. Busquemos juntas a Dios, fortalezcamos esta comunidad con propósito a propósito, intencionalmente.

 

¡Bienvenida a esta hermosa aventura de la fe! Vamos, juntas. 

 

¿Cómo te sentis con lo que sos? ¿Cuánto “te gustás”? ¿Cuánto “te admirás”?

Si miramos para atrás todas, absolutamente todas, podemos notar que nos faltó algo. Quizás en tu caso fueron  palabras de afirmación, de valoración; no reconocieron tus logros, o siempre te exigieron más (nunca alcanzaba con lo que habías hecho). Quizás no pudiste acceder a la educación que hubieras deseado, no llegaste a ser lo que soñabas de chica. Quizás te faltó que alguien te diga lo linda que sos, la inteligencia (cualquiera que sea) que tenés, o lo hermoso que es pasar tiempo con vos. 

Quizás sentís que no tuviste las mismas oportunidades que otras mujeres que conoces, o  en tu casa faltaron recursos económicos y faltaba de todo.  

 

Todas experimentamos algún tipo de carencia, de una forma u otra, en mayor o menor medida, crecimos con falta de algo. El problema es que cuando esto sucede en nuestro interior se desarrolla una mentalidad de escasez que se manifiesta con temor. Me da miedo la opinión de otros, porque la necesito para validarme. Me da miedo no poder, porque en el fondo no creo que soy capaz de lograrlo. Me da miedo ser, porque no quiero volver a sentir que me falta. Me da miedo soñar porque no creo que esa oportunidad me suceda a mí. 

 

Y acá es cuando entra el “pero” de Dios. Pero, cuando somos capaces de sumergirnos en el proceso de renovación de nuestra mentalidad, ya no me quedo en una mentalidad basada en mis experiencias de carencia, sino que se produce en mi vida un giro, un cambio. Nuestra mentalidad de carencia se puede ir  transformando en mentalidad de abundancia por medio de la renovación de nuestro entendimiento. 

 

“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.”

Romanos 12:2, NTV

 

Cuando me es revelada la Paternidad de Dios por medio de su Espíritu Santo, puedo ver que todo eso que en mi infancia me faltó, hoy es suplido por la abundancia del Reino de los Cielos que vino a establecerse en mi corazón. 

 

Reflexionemos juntas

• ¿Qué carencias identificas en tu vida?

• ¿Podés reconocer conductas y costumbres en tu vida que vienen de tus vivencias en “este mundo”? Escribilas para identificarlas mejor. 

• ¿Por qué crees que el pasaje de Romanos relaciona el cambio de mentalidad con el aprendizaje sobre cuál es la voluntad de Dios para tu vida? 

• ¿Qué crees que dice Dios sobre esas carencias, conductas y costumbres que pudiste identificar? Te recomiendo que lo escribas y lo tengas a mano durante este tiempo. 

 

Oración 

Pedile al Espíritu Santo que te ayude a identificar aquellas maneras de pensar que te están limitando en tu vida y animate a vivir un proceso de transformación por medio de la renovación de nuestro entendimiento. Ora para que la Palabra de Dios cobre otro color en estas semanas y puedas dejar que esa palabra cambie tus pensamientos. 

 

Profundizá en la semana 

Ejercicio 1 (personal) 

Esta semana te recomendamos escuchar la serie de Rechazo en este link: https://youtu.be/eb6AjKKgBis 

 

Ejercicio 2 (con otros) 

Contale a otra guerrera una situación en la que sentis que tu manera de pensar está siendo escasa. Oren juntas por eso 

 

Ejercicio 3 (para otros) 

Compartí con alguien lo que estás aprendiendo sobre lo que Dios dice de vos.