Pautas colectivas para el ayuno (DESCARGAR PDF COMPLETO)
Este ayuno prolongado y corporativo, no es obligatorio para nadie. Lo que sigue son sólo sugerencias para quienes sientan que el Espíritu Santo les pide que se sumen.
Como se trata de un ayuno corporativo, sugerimos que todos los que nos sumemos nos sujetemos a las indicaciones que siguen.
1. Los menores de edad, sólo podrán hacer ayuno prolongado de comidas, con la autorización de sus padres. Aquellos que no tengan padres creyentes, deberán pedir consejo a sus pastores y en caso de hacerlo, realizarlo bajo su supervisión.
2. En todos los casos, no importa la edad, nadie debe hacer un ayuno prolongado de comidas sin consulta y autorización médica. Pregunta a tu médico qué comer en los días previos a iniciar el ayuno, y en los días siguientes a entregarlo. La falta de guía en esto puede provocar malestares. Las hermanas que están embarazadas o amamantando no deben bajo ningún aspecto ayunar de comidas.
3. El que por alguna razón, no pueda o no quiera hacer un ayuno prolongado de comidas, tiene otras opciones que pueden ser también utilizadas por el Espíritu Santo como un instrumento que impulse a una búsqueda de Él más enfocada e intensa. Sólo a modo de ilustración: Podemos hacer ayuno de pantallas (celulares, computadoras, televisión), de entretenimientos, de determinadas salidas, de juegos, de hablar, etc.
4. Los principios espirituales que impulsan esta práctica de ayunar son:
• Por un corto tiempo me privo de aquello que más me gusta para colocarlo al Señor como mi máximo placer y mi prioridad (Salmos 16).
• Me privo de aquellas cosas que corro el peligro de que me dominen, para crecer en mi dominio propio y disciplina (1 Co-
rintios 6.12).
• Separo ese tiempo para buscar al Señor y experimentar renovación espiritual.
• Me enfoco durante los 40 días en el Espí- ritu Santo para mantener mi interior en un estado de máxima sensibilidad a su voz y guía.
• Ayuno para liberar las bendiciones que están retenidas en el mundo espiritual (Daniel 10).
• Ayuno para vencer las tentaciones y profundizar la santidad, no por la vía de la privación, sino de la cercanía y consagración a Dios (2 Corintios 12.9).
• Ayuno como Jesús, para hacer retroceder al diablo y vencerlo (Mateo 4).
5. Cualquier ayuno que hagamos no cambia a Dios, sino que nos alinea a nosotros con su voluntad.
6. Cualquier ayuno que hagamos debe ser hecho como una gracia que viene de Dios y no como un esfuerzo legalista nuestro. Si es algo que voy a hacer por culpa o por temor, no sólo será un ayuno sin sentido, sino que dañará nuestro espíritu porque será una práctica legalista, exterior.
7. Cualquier ayuno que hagamos nos deberá impulsar a expresiones de servicio amoroso hacia los otros (Isaías 58).
8. Cualquier ayuno que hagamos tendrá recompensa de parte de Dios (Lucas 6.18).
9. Cualquier ayuno que hagamos jamás será motivo de competencia ni de juicio hacia los otros, sino por el contrario, una motivación a apoyarnos unos a otros, a orar unos por otros, e impulsarnos unos a otros.
Vamos a iniciar un viaje juntos maravilloso.
Ese viaje es el de adentrarnos intencionalmente, y con mayor concentración e intensidad a buscar más de Dios. El ayuno no es la meta, es sólo un instrumento que nos ayuda
a lograrlo.
El tipo de ayuno no es lo central. Sino que el Espíritu nos guíe qué es lo que Él desea que por un tiempo dejemos, sea porque ha estado ocupando un lugar demasiado importante en
nuestras vidas, sea porque se ha convertido en algo que nos domina, o simplemente algo que nos gusta, y que como ofrenda de adoración, por algunos días deseamos ofrecerle al Señor.
La duración del ayuno debe ser acordado con el Señor antes de empezar. De manera que no andemos dudando durante todo el tiempo, y que seamos desa ados a cumplir lo que nos hemos propuesto.
Si por alguna razón alguien decidiera no unirse a este ayuno, no lo hace menos que el resto, así como los que estaremos ayunando no somos más que nadie. Lo que nos une es que somos todos miembros del mismo cuerpo, y no las prácticas que llevemos adelante.
A los que se unan con algún tipo de ayuno a esta práctica corporativa, les animamos a hacerlo con algún otro hermano en Cristo. De manera que compartiendo lo que el Señor va haciendo unos con otros, nos animemos a buscar más de Él.
¡Te esperan 40 días
que cambiarán tu vida!
¡Te espera el Espíritu Santo que te anhela con todo amor!