Palabra para meditar: “Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable al Señor.” Romanos 12.1
Reflexión: Leer cuidadosamente este conocido texto. La misericordia de Dios para cada uno de sus hijos lleva a una entrega con la mejor adoración: no un sacrificio religioso, como los de antes, sino una relación viva e íntima, esa que agrada al Señor.