Si vives bajo el Señorío de Cristo y eres parte de su Iglesia, entonces se te ha conferido plena autoridad sobre el diablo y sus huestes de maldad.

Quizás te genere un poco de miedo la guerra espiritual. Piensas que es un asunto raro, de gente gritona. Pero la guerra espiritual es muy simple y “apta para todo público”. Te guste o no, seas consciente de ella o no, estás en medio de esa guerra y debes aprender a combatir. Si no acostumbras hacer este tipo de oraciones, aquí hay algunas para que te sirvan de guía, y empieces a ejercitar hoy este aspecto simple pero fundamental de la espiritualidad:

• “En el nombre de Jesús tomo autoridad y cancelo cualquier maldición hablada o hecha en mi contra, en contra de mi familia o en contra de la Iglesia” (ver Isaías 54:17)
• “Me someto a la autoridad de Dios y rechazo toda mentira que el diablo quiera sembrar en mi mente” (ver Santiago 4:7 y Efesios 6:16)
• “Llevo cautivo todo pensamiento en obediencia a Cristo y rompo todo argumento de orgullo que quiera cegar mi mente” (ver 2 Corintios 10:5) Padre Celestial, “¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión” (Salmo 19:12-13)
• “En el nombre de Jesús, te ordeno diablo que sueltes el entendimiento de mi hijo que está alejado de Dios. Ordeno que se abran sus ojos espirituales ahora, en el nombre de Jesús, y que su espíritu perciba el amor de Dios atrayéndolo nuevamente a él” (ver 2 Corintios 4:4)
• “En el nombre de Jesús, te ordeno diablo que devuelvas lo que robaste. Doy en el nombre de Jesús una orden de restitución, que sea restituido todo lo que el diablo robó o destruyó, que sea devuelto en mayor cantidad y en mayor calidad” (ver Isaías 42:22)
• “En el nombre de Jesús renuncio a toda ansiedad, echo fuera de mi vida todo espíritu de temor, y declaro que la paz de Dios cubre ahora mi corazón y pensamientos” (ver Filipenses 4:7)