Irán de poder en poder; y … te contemplan a ti, el Dios verdadero. (Salmos 84.7).

Ese es el mayor objetivo de este tiempo de ayuno, contemplar y conocer más y más al Dios verdadero. Pídele al Señor que te despoje de versiones falsas que nosotros mismos construimos de cómo es Dios.

Pasa algunos momentos en este día en silencio simplemente contemplando al Señor, y disfrutando de su presencia. Te serán reveladas nuevas facetas del Dios verdadero: no olvides tomar nota de esto en tu cuaderno.

Así que cada vez que sientas hambre, o cada vez que sientas ansiedad por hacer aquello de lo que te estás privando, repite este versículo de amor que escogiste como tu alimento. Haz que esa palabra de Dios penetre hasta lo más profundo de tu ser y te libre de toda ansiedad.
Al terminar de repetir tu “versículo alimenticio” ora declarando como David: “he calmado y aquietado mis ansias”.